viernes, 10 de agosto de 2012

Déjà vó


Existe una sensación de "desvalorización" en el aire. Componentes que arman una estructura reconocible, una escena repetida. Ni desesperación, ni asombro se acercan. Solo supongo que se espera, en una idea donde participa claramente la esperanza, la evaluación de resistencia. Me expongo ante un jurado sangriento, cruel, donde el fallo es evidente. Tiro al aire mis expectativas de futuro, una sensación temporal. Indico eternamente y supongo que esto concluirá en una herida narcisista. En estos tiempos se presentó ante mi una Ausencia Fría. Sonará a un cobarde escape de conclusión cruel. Un momento de herida profunda, por negación de respuestas, contra-ideas constantes. Búsqueda de salidas convenientes, deseo de necesidades, que son miles y ninguna correspondida.
Vacío el tablero, como si un tornado arrasara con querubines. Simplemente estoy en el ojo de la tormenta. Consciente al %100. 
Son tendencias personales, lo entiendo. Pero me provoca el consecuente recuerdo. La inmundicia a mi alrededor, clavandome agujas en los ojos. Situaciones donde el otoño es participe de la escena maléfica. Poemas escritos al viento. Palabras deshechas. 
Aun queda en mi cuerpo un dulce cariño, que me mantiene en pie. Aunque los lazos que construimos, de idealización de presencia perfecta, me corten la circulación. Se que me dedicas un segundo de recuerdo todos los días. 

Un juego nada más.
A la idealización de lo perfecto. 


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